domingo, 9 de febrero de 2014

El Paraíso que perdimos



 


Quienes hemos estado relacionados con la comunidad de los Testigos de Jehová desde hace décadas, reconocemos con rapidez el título que lleva este blog. Hace referencia a un libro editado por la Sociedad Watch Tower en 1958 y que era utilizado por los testigos de aquel entonces para conducir estudios bíblicos en los hogares de las personas. 

La temática de enseñanza de la SWT no ha variado con el pasar del tiempo, aún hoy hablar de un paraíso terrenal sigue siendo el atractivo principal con el que se busca atraer adeptos a la organización. 
Para quienes hemos visto de cerca la manera en que se adiestra a los publicadores testigos, sabemos que sea cuál sea la introducción con que se aborde a una persona, el testigo habrá de mencionarle que Dios pronto establecerá un paraíso sobre la tierra en donde la gente disfrutará de vida eterna en condiciones perfectas. De entrada no suena mal. 

Mi propósito no es discutir el si la Biblia ofrece un paraíso terrenal o celestial y cualquiera que sea su punto de vista al respecto es respetable. No es ese el propósito de esta entrada. Sin embargo, sí deseo mencionar que los testigos difícilmente le hablarían a una persona de las dificultades que encontraría tal persona si decidiera adherirse a la comunidad de testigos. ¿Por qué decimos esto? Por qué generalmente, el testigo desea que la persona vea las muchas ventajas que tiene el que alguien estudie la Biblia con ellos. No le dirá que una vez captado dentro de la organización, se vería amenazada de forma considerable su libertad de conciencia, de pensamiento y acción. 

Porque nadie que haya estado ligado con la SWT podrá negar que una vez que se es testigo bautizado, éste se verá en la necesidad de rendir cuenta a la organización de muchas de las cosas que a partir de ese momento haga en su vida.
Por citar un ejemplo, habrá de llevar un control detallado de todo lo que efectúe en la predicación pública, y lo informará mes tras mes. Será evaluado y etiquetado de acuerdo a su desempeño. Si reporta altas cantidades de horas dedicadas a ir de casa en casa o realizando estudios en los hogares de las personas; una buena cantidad de libros, revistas, folletos y tratados dejados en manos de las personas, etc., se le calificará como un publicador espiritual y ejemplar. Caso contrario será informar poco en estos campos o nada en lo absoluto, lo cual le valdrá la etiqueta de tener poca o nula espiritualidad.
Otro caso es si alguien quisiera profundizar su conocimiento de la Palabra de Dios. Solo lo podrá hacer mediante consultar las publicaciones que edita y distribuye la organización. La SWT les niega la libertad a los miembros comunes de su organización el hacer investigación personal y el comentar temas bíblicos, basándose en publicaciones ajenas a las que provee la organización. 
En el Ministerio del Reino de septiembre de 2007 página 3, en la Sección de preguntas, se mencionó lo siguiente:  
¿Respalda “el esclavo fiel y discreto” a los grupos de Testigos que se reúnen por su cuenta para investigar o debatir temas bíblicos? (Mat. 24:45, 47.)
“No, no los respalda. Aun así, algunos miembros de nuestra organización en distintas partes del mundo han formado grupos para estudiar de forma independiente temas bíblicos. Algunos se dedican a estudiar por su cuenta el hebreo y el griego de tiempos bíblicos para revisar la exactitud de la Traducción del Nuevo Mundo; otros exploran temas científicos relacionados con la Palabra de Dios. Han creado sitios y salas de charla en Internet para intercambiar opiniones o iniciar debates. También han organizado conferencias y han impreso sus propias publicaciones con la intención de dar a conocer sus hallazgos y complementar lo que recibimos en nuestras reuniones y publicaciones cristianas.”
¿No representa esto una limitación al derecho a la libertad del individuo? ¿A qué le teme la SWT, prohibiendo a sus adherentes a que hagan investigación? Y podríamos seguir hablando de otros asuntos en los que la SWT tiene una injerencia en la vida de sus miembros, que va más allá de lo que la Palabra de Dios le permite a cualquier ser humano u organización. Nos hace recordar las palabras del apóstol Pablo a los cristianos de Galacia, con relación a la libertad que hemos recibido por medio de Cristo: “Para tal libertad Cristo nos libertó. Por lo tanto, estén firmes, y no se dejen restringir otra vez en un yugo de esclavitud”.  (Gálatas 5:1)
Esto ha sido solo una pequeña parte del paraíso que perdimos. Quienes hemos puesto atención al consejo bíblico citado previamente y nos hemos esforzado por estar firmes, negándonos a someternos a cualquier yugo de esclavitud, sin importar cómo o de qué manera se nos presente…. hemos recobrado nuevamente nuestro Paraíso.